El de las espaldas grandes, Platón, ya planteó bien el esquema: que los hijos de los ricos estudien en el mundo de las ideas y adivinen el futuro creándolo, y que los hijos de currelas trabajen y vean la tele. Es el nuevo esquema universitario europeo con el plan Bolonia. El Estado-nación-cueva tiene sus límites, de todos modos.
Los irracional de los sentimientos quedará para mujeres y currelas, que serán cautivos de su mundo emocional: las novelas rosa y los partidos de la selección correspondiente al Estado-nación-cueva en cuestión. Lo racional será la razón de Estado, las lumbreras del pensamiento las llevarán los intelectuales orgánicos, y el Estado repartirá garbanzos para todos sus currantes en cantidades y calidades admirables. Benito Pérez Galdós, el garbancero por antonomasia -por aquello de escribir para comer-, como paradigma de clase social que merodea la Corte para su sustento. Y los discursos de otro gran garbancero, Cicerón, apodado así por su gran verruga de tamaño garbanzo, emitidos día y noche por los altavoces de Babilonia. (¿Hasta cuando seguireis conspirando, rebeldes sin causa?). Un poco de aristocracia mediática y a correr. Todo cuadra.
París. Esa gran ciudad. Los posmodernos en su ático en el centro, un poco ya fukuyamizados y hartos de que ocurran tantas cosas incomprensibles, pues empezando a rizomear con filosofías incomprensibles.
Nueva York. Los estadounidenses, tirándose al rollo más práctico, muy al negocio y la tecnología. Marketing, leadership y leathersheep, filosofía neocon y cienciología. El arte para blanquear dinero, un poco de mano ancha con los ricos que consuman drogas y los pequeños traficantes –negros,latinos- a pasar años en el talego por unas dosis de marihuana.
Londres. Los brits reubicándose –todavía- después de perder medio mundo después de la segunda guerra mundial. Si nos invitan vamos para Iraq, si sale Cameron, a pagar por las recetas, lo que quede del estado de bienestar a subasta, y luego si crece la inseguridad en los barrios altos, más policía.
Berlín. Atractivo turístico. Superpoder europeo. Un poco de tecnocracia para encarrilar bien las economías europeas, que no se produzca más leche de la debida, que la fruta no se produzca en demasía, pero luego todos a comprar al mercado Bio y a votar a los Verdes.
Madrid. Super-encéfalo superior. Succión de euros y Ebros hacia el centro, garbanzos para todos, pero ya que estamos, habladnos en cristiano que no entendemos otros idiomas y no nos da para traducciones simultaneas. La anorexia (política, cultural, económica, nacional) para los demás, y si va mal el negocio, echamos la culpa a las autonomías, y sobretodo a los “nacionalistas”. Y mandamos a la caballería, si fuera el caso.
Este sería un poco el cuadro general.
Y además:
Varias guerras abiertas: Iraq, la del petróleo, y Afganistán, la del gas. Luego otras guerras más encubiertas: Colombia, la de Palestina, la de Somalia…
Alguna que otra guerra fría: la de Irán con el mundo atómico.
Luego pequeños conflictos internos e inherentes a cada cueva. La de Euskal Herria, la de Córcega, alguna que otra escaramuza en los patios traseros de Rusia en el Cáucaso y de USA en América, y obviamente, la gran guerra por hacerse con los mercados africanos. En ocasiones veo conflictos étnicos.
Pero menos mal que va naciendo fuerte y salvaje un nuevo mundo.
El BIC (Brazil-India-China): los chinos con sus superproducciones cinematográficas, adaptando a su milenaria cultura –y por tanto preocupándose algo por el contenido- las últimas técnicas cinematográficas y visuales. Los indios a saco con el tema informático, y neo-ricos brotando como champiñones. Brazil –ese país que es mucho más grande que los USA pero por gracia de las proyecciones cartográficas parece más pequeño- vendiendo turismo, petróleo verde y carnaval.
Un mundo multipolar como proyecto, dicen. La unión de los pueblos caribeños y sudamericanos, el resurgimiento ruso, las nuevas potencias BIC-BIC-BIC, y bueno, al alter mundialismo en sus cuarteles de invierno.
También la Europa de los pueblos abriéndose caminos y tocando puertas: Escocia, Gales, Catalunya, Euskal Herria, Irlanda reunificada, Bretaña, Córcega, …
En general, cierta sensación de anestesia general con pequeñas escaramuzas de tipo protestante en las metrópolis (“No a la guerra”, cuando está lejos; todo nuestro apoyo a Palestina, pero lo del País Vasco no es guerra, es terrorismo; etcétera etcétera). Militantismo por twitter y facebook (¡A que encuentro a más de 400 millones de gilipollas dispuestos a regalar su intimidad a los neocons americanos!). El mundo de la informática e internet ciertamente como un full-monty global, una gran playa de nudistas donde los data-miners o mineros del dato ajeno afilan sus colmillos.
Luego la cristiana resignación: el bombardeo de productos de aquí, es el bombardeo de uranio empobrecido de allá. La super sonrisa del anuncio de teléfonos móviles y pantallas ultra planas de aquí es el super lagrimón y tristeza y suicidio de los que sacan allí el mineral, de los que producen allá el display.
El stress como algo congénito a la escala social y la injusticia sufrida, y los científicos buscando genes para todo. Esto de buscar en los genes viene a ser como cuando antes se buscaba al diablo en el grito del torturado. Este gen y aquel otro. Negando, de paso, lo ambiental de todo lo que nos rodea: es el ambiente, el ambientalismo, ciertamente, el gran olvidado en esta filosofía tan barata y post-post. Si surge la insurrección armada es porque hay un gen en Lacandona o Euskal Herria que los hace salvajes, no por los siglos de injusticias. Si te sale un cáncer de pulmón es por el gen ese que heredaste de tu tatarabuela, no por el humo de la fábrica que hay al lado de tu casa o el humo de los coches que te tragas cuando vas en bici. Si hay maltratadores no es -¿por qué iba a serlo?- por la cultura patriarcal y la educación patética en cuanto a roles y sexo en películas y formatos varios, que no sabe adaptar al hombre al decline de la figura del macho como algo común al globo. Todo está en los genes, hasta la revolución y el votar a Obama o a Bush.
Ah! Y en el caso del Arte, fácil arreglo. Los buenos a la portada del periódico de izquierdillas en su versión cultural. Para los demás guillotina. Olvido. Silencio. Muerte. Guillotina. (Que sirva también para todo tipo de militantes políticos y terroristas y otros tipos de bichos genéticamente deformes).